Bien cielo, yo no tengo nada en contra de las zorras patéticas. De verdad que no me molesta tu voz de pito y no me da pena

insustanciales o la mierda que sacas de los demás por esa boquita. Me encanta tu pelo de escoba y tu estilismo inspirado
en el contenedor de la basura. Ahora sí, el día que te vea acercándote a mí me alejaré sin que te des cuenta.
Pero no quiero que me mal interpretes.
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